DOS MODELOS: HIPOTÉTICO DEDUCTIVO Y DE EXPLICACIÓN NOMOLÓGICO DEDUCTIVO
NOMBRE:
1.
Lea
detenidamente el texto
2.
Identifique
la investigación de Eijkman:
a.
Realice una serie de afirmaciones estableciendo el método hipotético deductivo, hasta
construir su tesis central, con al menos dos hipótesis refutadas.
b.
Realice una serie de afirmaciones y explique con el
modelo nomológico-deductivo por qué
se curaron los pollos del hospital afectados de beriberi al cambiarlos de
ubicación.
c.
Siguiendo el mismo esquema, expliqué por qué en la
prisión XX el porcentaje de pacientes afectados de beriberi es mayor que en la
prisión YY
3.
Identifique
la teoría central de Grijns:
a.
Realice una serie de afirmaciones estableciendo el método hipotético deductivo, hasta construir
su tesis central, con al menos dos hipótesis refutadas
b.
Realice una serie de afirmaciones y explique con el
modelo nomológico-deductivo por qué
veía la enfermedad como una carencia dietaria
En octubre de 1886, Christiaan Eijkman fue
enviado a Java por el gobierno holandés para investigar el origen y la cura del
beriberi (término utilizado por los nativos de Java para nombrar esta
enfermedad; para ellos la palabra beri significa debilidad y al duplicarla se
refuerza su significado). Esta es una enfermedad degenerativa cuyos principales
síntomas son: cierta debilidad muscular, pérdida de peso y de sensibilidad,
eventualmente parálisis de los miembros y agrandamiento del corazón. En esa
época el 80 % de los pacientes de beriberi moría, y obviamente esto preocupaba
al gobierno holandés.
Para ese entonces ya era una enfermedad bastante
conocida. Varios investigadores que trabajaban en Asia intentaron explicar la
enfermedad de diversas maneras: como un envenenamiento, como una infección o
como el resultado de algún tipo especial de dieta.
Eijkman había estudiado con Robert Koch, quien
sostenía que las enfermedades eran el resultado de organismos microscópicos que
infectaban el cuerpo y, asimismo, había desarrollado un método para aislar y
cultivar "bacterias" que facilitaba su identificación. Al ser los
brotes de beriberi comunes en prisiones, naves y ejércitos - todas comunidades
relativamente cerradas -, nada pareció extrañar a Eijkman, pues esto era típico
de enfermedades infecciosas que se transmitían por algún germen. En
consecuencia, luego de un año de trabajo creyó acertado afirmar que una
bacteria causaba el beriberi. Sin embargo también descubrió un nuevo patrón de
infección: mientras que en la mayoría de las enfermedades infecciosas bastaba
una sola exposición al germen para el contagio, en este caso una persona debía
residir varias semanas en un área de infección de beriberi para contraer esta
enfermedad. Cabe destacar que aunque lo intentó no logró aislar la bacteria ni
encontrar la forma de atacarla.
Tres años después y en medio de sus actividades
en el hospital, Eijkman observó casualmente que los pollos del corral sufrían
síntomas parecidos a los causados por el beriberi. Para estudiarlos en detalle
los mudó a otro lugar, pero al poco tiempo los pollos se curaron sin
tratamiento aparente. Cuando investigó qué factores habían cambiado en la nueva
ubicación de los pollos, encontró al menos una diferencia: la dieta. El antiguo
cocinero los alimentaba con arroz blanco pero en el nuevo hogar comían arroz
con cáscara. En seguida Eijkman concluyó que el arroz blanco debía contener la
bacteria que causaba la enfermedad. Rápidamente comenzó a experimentar con
pollos sanos y enfermos a través del control de sus dietas y observó que pollos
enfermos a los que se le agregaba cáscara de arroz en su alimentación se
reponían. Esto lo llevó a pensar que en la cáscara de arroz debía haber un
antídoto o agente neutralizante de la bacteria que causaba el beriberi, lo que
explicaría también por qué no se contagiaban pollos sanos de pollos enfermos
cuando los primeros comían arroz con cáscara.
Todavía le quedaba demostrar que el arroz blanco
cumplía un rol importante en el proceso por el que los humanos contraían el
beriberi. Para ello acudió a las prisiones donde podían encontrarse fácilmente
registros de las dietas administradas. Dicho sea de paso, por esos años en Java
había alrededor de 100 prisiones, donde según la costumbre se alimentaba a los
prisioneros con arroz blanco, con arroz con cáscara o con una mezcla de ambos.
Así pudo observar que en la medida en que la dieta de una prisión contenía más
arroz blanco, mayor era el porcentaje de enfermos de beriberi encontrados allí.
De este modo, aunque no logró aislar la bacteria
causante del beriberi, pudo al menos hallar su cura. Hacia 1910 muchas
instituciones ya habían cambiado sus dietas que consistían principalmente en
arroz blanco.
En Java, otro médico holandés, Gerrit Grijns
sucedió a Eijkman en el hospital y continuó su investigación sobre el beriberi.
A diferencia de éste, Grijns no creía que en el arroz blanco estuviera la
bacteria causante de la enfermedad ni en el arroz con cáscara su cura. Sino más
bien veía a la enfermedad como el resultado de una carencia dietaria; algún
nutriente fundamental para el crecimiento estaría presente en la cáscara del
arroz, por lo que al limpiarlo este desaparecería. Para comprobar que era la
ausencia de cierta sustancia en el organismo lo que provocaba el beriberi buscó
y encontró varios alimentos, además del arroz blanco, cuya exclusiva ingestión
también provocaban la enfermedad; de igual manera encontró otros alimentos que
la prevenían y curaban.
Paralelamente, en Europa los bioquímicos estaban
investigando sobre dietas y nutrición. Frederick Hopkins en 1910 alimentó a un
grupo de ratas con los ingredientes básicos que se consideraban esenciales en
una dieta, sin embargo, los ratones dejaron de crecer; al agregarles una
cantidad insignificante de leche por día comenzaron a crecer otra vez. En el
mismo período varios científicos, trabajando de manera independiente,
reconocieron que el beriberi, así como el escorbuto, el raquitismo y otras
enfermedades similares se debían a alguna carencia esencial en la dieta.
Casimir Funk llamó a estas sustancias "vitaminas".
En 1925 se aisló la sustancia cuya deficiencia
provoca el beriberi: la tiamina o vitamina B1 y que efectivamente se la
encuentra en gran cantidad en el salvado de los cereales, por ejemplo en la
cáscara del arroz. Cuando le presentaron por primera vez estas conclusiones a
Eijkman, no las aceptó; quizá, podríamos afirmar que no estaba preparado para
admitir una discrepancia en el plano de la actividad científica ni a reconocer
un fundamento que proviniese de otro plano (por ejemplo que su hipótesis se
consideraba refutada no sólo por la experiencia sino también por la lógica
deductiva).
Sin embargo la importancia de su trabajo en el
estudio de las vitaminas fue reconocida en 1929 al serle entregado, junto con
Hopkins, el Premio Nobel a los 81 años.
PROFESOR: EDUARDO CAÑUETO
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