Discusiones sobre el progreso en ciencia de acuerdo con las diferentes perspectivas en la nueva filosofía de la ciencia
CUATRO PARADIGMAS BÁSICOS SOBRE LA NATURALEZA DE LA CIENCIA
EL POSITIVISMO:
Es la corriente que sostiene que el único conocimiento válido es el conocimiento científico, y a su vez aquel conocimiento que se puede someter al método científico. Entonces se dice de un monismo metodológico, porque todas las ciencias se someten a un mismo método, el método de las ciencias naturales. Su fundador es A. Comte en el s XIX. A comienzos de S XX surge una nueva versión de esta corriente, conocida como Neopositivismo o Positivismo Lógico. En los años treinta Reichenbach estableció explícitamente que la tarea a realizar por los epistemólogos era la reconstrucción lógica. Según Reichenbach, los filósofos de la ciencia no tienen por qué ocuparse de cómo se llega a producir el descubrimiento científico (su génesis), sino de los resultados finales de la investigación científica expresados en artículos o libros (hechos descubiertos, teorías elaboradas, métodos lógicos empleados y la justificación empírica de las consecuencias y predicciones derivadas de las teorías). Con esta distinción, los epistemólogos positivistas no se ocuparán de los procesos científicos reales, sino que elaborarán exclusivamente sus reconstrucciones lógicas. Desde esta perspectiva la filosofía de la ciencia se convierte en una metaciencia (una ciencia de la ciencia), concentrando su objeto de estudio exclusivamente en el conocimiento elaborado. El positivismo se caracteriza por estas ideas básicas: a) hacer hincapié en la verificación de la hipótesis (o falsabilidad); b) cultiva en exceso la observación; c) no busca las causas en la naturaleza, sino más bien las regularidades en la misma; d) se opone radicalmente a la metafísica.
Para los positivistas la ciencia progresa en la medida en que las teorías pueden predecir y explicar más que sus predecesoras
EL RELATIVISMO:
El relativismo considera a la ciencia ante todo una actividad social y humana, una más de las emprendidas por la humanidad para lograr conocimientos sobre el mundo, y, por tanto, se la contempla como una vía más de conocimiento, ni exclusiva ni excluyente de otras distintas, pero igualmente válidas para dicho fin. Por la consideración e importancia concedida a los aspectos personales (intereses, creencias propias, etc.) y contextuales (sociales, relacionales, políticos, económicos, etc.) y su influencia en la generación del conocimiento científico (el contexto de descubrimiento), el relativismo ha sido tildado de introducir aspectos psicológicos y subjetivos en la epistemología de la ciencia. La tesis básica del relativismo sostiene el falibilismo extremo de la ciencia (y, en general, de cualquier forma de conocimiento humano): las pruebas, especialmente las empíricas, no son decisivas para conformar las verdades científicas; es decir, las afirmaciones sobre el mundo no provienen exclusivamente de los datos observacionales.
El primer argumento se refiere a la carga teórica inherente a todo protocolo de observación por empírico que éste sea, de ahí que todo el conocimiento científico sea en el fondo teoría, o viene precedido por ella. El segundo argumento, referente a la falta de validez del principio de inducción, sólo se puede acceder a un número finito de observaciones y la lógica demuestra la existencia de un gran número de hipótesis compatibles con un conjunto finito de observaciones, que incluso pueden ser contradictorias entre sí. Esta relativización del poder de las pruebas para validar el conocimiento se sitúa en el extremo opuesto del positivismo, que las considera incontrovertibles y el único criterio posible para la contrastación de las teorías. El tercer argumento relativista insiste en el carácter convencional de las pruebas empíricas. En primer lugar, toda observación se codifica en un lenguaje que es una convención más y, en segundo lugar, la decisión de aceptar un registro de observación como verídico es también convencional. La conclusión es que toda observación supone convenciones y si éstas no son ni verdaderas ni falsas (simplemente se aceptan o no), cualquier observación tampoco lo será, por lo cual difícilmente podrá servir para hacer una falsación, contrastación o verificación de una teoría, lo que constituye la expresión máxima del anarquismo metodológico. En suma, para el relativismo la actual posición de predominio de la ciencia, la tecnología y la tecnociencia no puede entenderse solamente mediante el análisis de sus respectivas naturalezas desde un punto de vista interno, sino que requiere también la comprensión de la sociedad que les da el prestigio que han alcanzado. Consecuentemente, los relativistas concluyen que el progreso y el cambio de teorías en la ciencia no es un proceso absolutamente racional, sino que se produce dentro del juego normal de intereses, motivaciones y preocupaciones propios de cualquier actividad humana, con lo que establecen una base social (contextualismo), cuando no individual (subjetivismo), en la determinación del progreso científico.
EL REALISMO:
Habitualmente se suele denominar así a la posición que se basa en la existencia de algún tipo de correspondencia entre las creencias sobre el mundo y éste mismo. Los planteamientos realistas más duros parten de considerar que el objetivo de la ciencia es buscar teorías verdaderas según un criterio de racionalidad, representado por la superación de muchos intentos de falsación, es decir, de demostrar que la teoría falla. Desde este punto de vista, se hace de la verdad un objetivo de la ciencia y no un atributo de las teorías científicas. Sobre la base de este exigente criterio, el realismo tradicional adopta una posición reduccionista y cientifista en cuanto considera que la ciencia es el único camino válido para el conocimiento (criterio de demarcación entre lo que es y no es ciencia), por ser el que se enfrenta explícitamente con su falsación.
EL PRAGMATISMO:
El pragmatismo se fundó en los EE.UU. por C.S. Peirce en el siglo XIX. Este filósofo reemplaza verdad por método, lo que garantiza la objetividad científica; la verdad es lo que el método científico establece, si la investigación continúa el tiempo suficiente. Peirce niega el principio de correspondencia como criterio de verdad, que es propio del realismo metafísico y del realismo científico. También afirma que algo es real cuando una comunidad de científicos acaba poniéndose de acuerdo en su existencia. Para Peirce el progreso en el conocimiento científico depende del mayor o menor grado de proximidad a los fines de la ciencia. Las posiciones pragmatistas, se caracterizan por considerar la ciencia un instrumento cuyo objetivo es producir teorías capaces de superar contrastes empíricos más exigentes, lo que las hace más fiables
SUCESIÓN DE TEORÍAS EN BIOLOGÍA
Una teoría científica se basa en una gran cantidad de datos y observaciones que se han recopilado en el curso del tiempo
El desarrollo de una teoría científica: la evolución y la selección natural
A veces, se calumnia a la teoría de la evolución por la selección natural cuando se dice que se trata de una especulación sobre el origen de las formas de vida moderna propuesta por Charles Darwin. Sin embargo, la teoría evolutiva no es una especulación
Sus ideas se fundamentan en más de un siglo de investigaciones científicas que le antecedieron.
La investigación sobre los orígenes y la diversidad de la vida proliferaron en los siglos XVII y XIX:
1. Carlos Linneo un botanista sueco, cristiano devoto que creía en el concepto de la inmutabilidad o fijeza de las especies, en su obra Systema Naturae, de 1735 sugirió que las especies estaban relacionadas, por lo que desafió sin quererlo la noción de la inmutabilidad, por la cual cada especie está creada en una forma única e ideal.
2. A principios del siglo XVIII, Georges-Louis Leclerc, un naturalista francés, y James Hutton, un geólogo escocés, empezaron a desarrollar ideas nuevas sobre la edad de la Tierra. En esa época, mucha gente creía que la Tierra tenía 6,000 años, basándose en la estricta interpretación de los hechos detallados en el Viejo Testamento. Leclerc emitió la hipótesis de que la Tierra nació como una bola de roca hirviente, encendida y líquida cuya composición consistía sobre todo de hierro. Leclerc usó la velocidad del enfriamiento del hierro para calcular que la Tierra debía de tener, por lo menos 70,000 años para haber podido alcanzar su temperatura actual. Hutton se acercó al mismo tema pero desde otra perspectiva, observando cerca de su casa en Escocia las relaciones entre las formaciones de diferentes rocas y las velocidades de los procesos geológicos modernos. Se dio cuenta que los procesos relativamente lentos de la erosión y sedimentación no podían crear en solo unos cuantos miles de años todas las capas de roca expuestas. Hutton sugirió, sobre la base de su exhaustiva recopilación de datos, que la Tierra era mucho más antigua que la historia de la humanidad: cientos de millones de años
3. Cuvier (1795) empezó a trabajar en el Museo Nacional de Paris como naturalista y anatomista se interesó en los fósiles que se encontraban cerca de Paris, que alguna gente creía eran los restos de los elefantes que Hannibal usó para cruzar los Alpes cuando invadió Roma en el 218 a. C. En su estudio de los fósiles y de las especies vivas, Cuvier documentó diferentes patrones en la estructura dental y en el número de dientes de los fósiles y los elefantes modernos. Basándose en estos datos, Cuvier planteó la hipótesis de que estos restos no eran los de Hannibal sino que eran de una especie diferente de animal que había deambulado por Europa y que se había extinguido hacia miles de años: el mamut. si todos los organismos estaban basados en una forma perfectamente adaptada e ideal, ¿cómo podían dejar de existir? Eso sugeriría que ya no era ideal. Cuvier creía que cada parte de un organismo era un componente único y esencial de todo el organismo. Si una parte cambiaba, él creía que el organismo no podía sobrevivir
4. Lamarck, contemporáneo de Cuvier, estaba convencido de que los organismos podían, en realidad, cambian con el tiempo. Lamarck propuso que los cambios que ocurrían durante la vida de un organismo podían trasmitirse a su descendencia y sugería que, por ejemplo, los hijos de un culturista heredarían sus músculos. A pesar de que algunas de sus ideas fueron desacreditadas, Lamarck dio un respaldo a la teoría evolutiva, que otros utilizarían y ampliarían.
5. A principios del siglo XIX, un geólogo y explorador de canales británico, William Smith, añadió otro componente a la acumulación de la evidencia de la evolución. Smith observó que las capas de rocas expuestas en diferentes partes de Inglaterra se parecían: estas capas (o estratos) estaban ordenadas predeciblemente y cada capa contenía grupos distintos de fósiles. A partir de esta serie de observaciones, él desarrolló la hipótesis de que grupos específicos de animales aparecen uno detrás de otro en una secuencia definida durante la historia de la Tierra y esta secuencia se puede ver en las capas de las rocas
6. Charles Darwin hizo su entrada en este ambiente: Linneo había desarrollado una taxonomía de organismos basándose en sus relaciones físicas, Leclerc y Hutton demostraron que el transcurso del tiempo en la historia de la Tierra era suficiente como para que los organismos pudiesen cambiar, Cuvier demostró que algunas especies de organismos se habían extinguido, Lamarck propuso que los organismos cambian con el trascurso del tiempo, y Smith estableció una cronología de la aparición y desaparición de diferentes organismos en los récords geológicos. Desde 1831, Charles Darwin recopiló datos durante su trabajo de naturalista en el HMS Beagle. Tal vez, lo más conocido que hizo fue estudiar abundantemente los animales de las islas Galápagos y notar que las especies de tortugas, sinsontes y pinzones tenían sutiles diferencias que las hacía adaptarse fácilmente a su ambiente. Pero esta idea no se basaba solo en su trabajo, también en la acumulación de las pruebas y las ideas de muchos otros científicos anteriores. Su propuesta contenía y explicaba muchos de los indicios y trabajos anteriores y por lo tanto formaba la base de una teoría científica nueva y sólida sobre el cambio de los organismos: la teoría de la evolución por selección natural
PARA PEGAR EN LA CARPETA
TEORÍA DE LA SELECCIÓN NATURAL:
Esta teoría establece que existen variaciones en los organismos de las mismas especies. Unos son largos, otros son cortos, unos tienen bocas más grandes, otros visión más aguda, etc. Los organismos que están bien dotados para vivir en un determinado medio ambiente tienen más posibilidades de sobrevivir. Los sobrevivientes producen la siguiente generación, la cual es muy factible que herede las características de sus padres (como visión aguda, etc.)
A continuación los puntos principales de la teoría de selección natural:
• Cada quien es diferente: Existen variaciones entre individuos de la misma especie (mejor visión, más plumaje, patas más largas, etc.)
• Los recursos son limitados: Recursos tales como alimento y refugio son limitados.
• Muchos críos: Los organismos producen más recién nacidos (jóvenes) que los que realmente pueden sobrevivir al medio ambiente.
• Los organismos compiten: Los organismos compiten por alimento y otros recursos del medio ambiente.
• Sobrevive el más "apto": los organismos cuyas variantes se ajustan mejor al medio ambiente son los más propensos a sobrevivir, reproducirse y legar características a la siguiente generación.
CONCEPTOS CIENTÍFICOS DE LA CLASE
• Una teoría científica es una explicación lógica, comprobable y predictiva que se infiere de múltiples indicios para explicar algún aspecto general del mundo natural.
• Las teorías pueden revisarse y hasta cambiar, a medida que salen a la luz nueva evidencias o se proponen nuevas interpretaciones de datos existentes, bajo la premisa de que esos nuevos datos no son tenues o especulativos.
• Una hipótesis científica es una explicación inferida de una observación o descubrimiento, y aunque es de naturaleza más exploratoria que una teoría, se basa en el conocimiento científico existente.
• Una ley científica es una expresión de una relación matemática o descriptiva observada en la naturaleza
PROFESOR: EDUARDO F. CAÑUETO