martes, 21 de mayo de 2013

TRABAJO PRÁCTICO N° 7


ACTIVIDADES: sobre la película vista en clase “Y la banda siguió tocando”

1. Cuál es la problemática que plantea la película
2. Cuál es el origen de la investigación científica
3. Cuáles son los pasos que siguen los científicos en la investigación
4. Cuál es la relación del Gobierno frente al problema planteado.
5. Cómo se visualiza la controversia científica – pública en la película
6. Realice un breve resumen de la película documental


PELÍCULA COMPLETA EN YOUTUBE




PROFESOR:  EDUARDO CAÑUETO

TRABAJO PRÁCTICO N° 6


ACTIVIDADES:
1. Lea detenidamente el texto, he identifique la controversia científica 
2. Explique la teoría de la generación espontánea, y su hipótesis rival
3. Identifique el experimento que Pasteur realizara para refutar la tesis de la “generación espontánea”
4. Describa desde una “perspectiva  whig” el debate sobre la generación espontánea.
5. Describa desde una “perspectiva antiwhig” el debate sobre la generación espontánea.

A fines del siglo XVII, la problemática sobre la generación espontánea de los microorganismos, varias veces echada por tierra, aún seguía viva. Esta polémica tenía ya casi dos siglos: había sido iniciada por Jan van Helmont (1577-1644) con un experimento de generación espontánea. Por otra parte, Francisco Redi (1626-1697) había logrado la refutación de la generación espontánea en gusanos. La polémica se había reabierto con Antoni van Leeuwenhoek (1632-1723), quien había mostrado microorganismos que aparentemente aparecían por generación espontánea bajo el microscopio. En 1768, Spallanzani, dudó de los resultados de los últimos experimentos que apoyaban la generación espontánea, que habían sido realizados en 1748 por John Needham (1713-1781). Repitió los pasos de Needham, pero en condiciones más rigurosas y controladas. Así pudo concluir que la generación espontánea no se producía. Sin embargo, en 1858 todavía quedaban dudas. Es en ese entonces que Louis Pasteur (1822-1895) entra en la escena de esta encendida y antigua polémica. Pasteur fue un científico prolífico. Sus estudios abarcaron los temas más diversos y muchos constituyeron verdaderas proezas científicas. Este químico francés, entre muchas otras cosas, sentó las bases de la cirugía aséptica, realizó estudios que ayudaron a atacar el carbunco, produjo una vacuna contra la rabia y salvó a la industria de la seda francesa de la extinción al dilucidar cómo se transmitía una enfermedad que atacaba al gusano de seda. En 1858, Pasteur hizo su ingreso en la candente problemática de la generación espontánea. El 20 de diciembre de 1858, en una nota dirigida a la Academia de Ciencias, el director del Museo de Historia Natural de Ruan, Félix-Archimède Pouchet (1800-1876), se definió claramente en favor de la generación espontánea y publicó al año siguiente un volumen sobre L'Hétérogénie ou Traité de la génération spontanée. "Cuando la meditación me llevó a la certeza de que la generación espontánea es todavía uno de los medios empleados por la Naturaleza para la reproducción de los seres, me dediqué a descubrir mediante qué procedimientos podrían evidenciarse estos fenómenos." Tan categórica afirmación provocó numerosas réplicas, y Pasteur escribió a Pouchet: "Pienso que cometéis un error, no al creer en la generación espontánea (porque en semejante problema es difícil no tener ideas preconcebidas), sino al afirmar la generación espontánea. En las ciencias experimentales es siempre erróneo no dudar mientras los hechos no nos obliguen a hacer una afirmación. En mi opinión, se trata de un asunto en el que se carece por completo de pruebas decisivas." Para sostener su afirmación, Pouchet realizó varios experimentos. Entre ellos, sobre una cuba de mercurio introdujo con la boca hacia abajo, un frasco lleno de agua destilada y hervida, lo destapó, instiló en él un poco de oxígeno y de nitrógeno obtenidos por métodos químicos, y luego una borra de heno extraída de otro frasco que había mantenido en una estufa durante veinte minutos. Después de algunos días, el agua estaba llena de microorganismos. Pasteur cuestionó la introducción de "aire común" al que adjudica la contaminación microbiana del mercurio. Inicia así las experiencias contundentes que pondrán fin a un debate milenario. A pesar de los resultados de Pasteur, Pouchet no se mostró vencido y continuó sus experimentos.
En 1864, la discusión acerca de la generación espontánea de los microorganismos se había vuelto tan fogosa que la Academia de Ciencias de París ofreció un premio para los experimentos que arrojaran nueva luz sobre el problema. Los experimentos debían hacerse en el Museo de Historia Natural con requisitos claramente establecidos. Los partidarios de la generación espontánea tenían sus propios programas preparados y se retiraron en actitud de protesta. Solo quedó Louis Pasteur (1822-1895) para realizar las investigaciones. Pero si los partidarios de la generación espontánea hubieran realizado las experiencias, Pasteur habría perdido el debate. Pasteur usaba agua de levadura para sus cultivos mientras que su contendiente más feroz, Félix-Archimède Pouchet (1800-1876), utilizaba agua de heno, que hoy sabemos que contiene gérmenes que no mueren a 100 °C y que se desarrollan ante la entrada de una pequeña cantidad de oxígeno. Este hecho, como veremos, le habría otorgado el triunfo en la compulsa. Tiempo después Pasteur descubrió que si no se alcanzaba una temperatura de 120 °C no había seguridad de matar a todos los gérmenes. Este descubrimiento determinó que, a partir de ese momento, el autoclave –un instrumento que permite alcanzar el punto de ebullición a temperaturas mayores de 100 ºC– pasara a ser un elemento indispensable para la antisepsia. Pasteur advirtió la necesidad, no sólo de usar un autoclave, sino también de esterilizar al fuego los instrumentos y los aparatos que se utilizaran. Para destruir todos los gérmenes, era necesario pasar los instrumentos por la llama, que los eliminaría más fácilmente mientras más secos estuvieran. Llamativamente, a pesar de los contundentes resultados de Pasteur, la victoria de los detractores de la idea de la generación espontánea aún no era completa. Poco tiempo después de la muerte de Claude Bernard (1813-1878), la Revue Scientifique publicó artículos de su autoría sobre el proceso de fermentación. Pasteur sostenía que la fermentación era obra directa de algún ser vivo, mientras que Claude Bernard atribuía a los fermentos no sólo el proceso de fermentación, sino también la formación de los microbios que lo acompaña; la generación espontánea nuevamente en escena. Para Bernard, la fermentación comenzaba sin gérmenes mientras que Pasteur sostenía que la presencia de gérmenes era indispensable para que la fermentación se iniciara. Ante esta disyuntiva, Pasteur construyó un invernadero hermético. Puso en él uvas a crecer, libres de microbios –ya que éstos se depositan en la maduración de la fruta–. Para evitar la contaminación, rodeó los racimos con algodón. Llegada la época de recolección, se aplastaron las uvas y se colocaron en un ambiente calefaccionado para favorecer la fermentación. El resultado fue definitorio: la fermentación no se produjo en las uvas crecidas en ausencia de microbios, mientras que los racimos que no estaban en el invernadero comenzaron a fermentar a las 48 horas. Luego, al exponer los racimos protegidos al aire o agregarles algunos granos de los racimos previamente expuestos, la fermentación se inició. Los resultados fueron concluyentes: nada podía suplir el papel de los gérmenes en el proceso de fermentación, ni ningún fermento podía hacer que surgieran. Entre los muchos experimentos que realizó Pasteur para desechar la generación espontánea, uno merece especial énfasis por su gran simplicidad y su carácter decisivo. Pasteur usó matraces con cuello de cisne que permitían la entrada del oxígeno –elemento que se creía necesario para la vida–, mientras que en sus cuellos largos y curvados quedaban atrapadas bacterias, esporas de hongos y otros tipos de vida microbiana. De esta manera, se impedía que el contenido de los matraces se contaminara. Pasteur mostró que si se hervía el líquido en el matraz, matando a los organismos ya presentes, y se dejaba intacto el cuello del frasco, no aparecería ningún microorganismo. Solamente si se rompía el cuello curvado del matraz, lo que permitiría que los contaminantes entraran en el frasco, aparecerían microorganismos. Algunos de sus matraces originales, todavía estériles, permanecen en exhibición en el Instituto Pasteur de París. "La Vida es un germen y un germen es Vida" proclamó Pasteur en una brillante "velada científica" en la Sorbona, ante lo más selecto de la sociedad parisina. "Nunca la doctrina de la generación espontánea se recuperará del golpe mortal que le asestó este simple experimento." 

PROFESOR: EDUARDO CAÑUETO

Ideas en la Ciencia:


Controversia Científica
La controversia científica es un debate sustentado y público entre la comunidad científica en la que los argumentos son basados en evidencia.
Las controversias causan progreso en la ciencia por medio del fomento de la investigación en el tema en discusión.
Las controversias se resuelven cuando la evidencia favorece grandemente un argumento.


PROFESOR: EDUARDO CAÑUETO

Clase de Filosofía e Historia de la Ciencia y la Tecnología 21/05


texto n° 2 ¿Qué es la controversia científica?
Los científicos pueden estar en desacuerdo en muchas cosas, de lo mundano (como cual es el mejor tipo de instrumento analítico para utilizar) hasta lo profundo (si es o no la teoría de cuerdas una representación exacta de la realidad). Sin embargo, dos científicos en desacuerdo acerca de la teoría de cuerdas (o hasta la interpretación de datos) no cuenta como una controversia. Una verdadera controversia científica involucra un debate sustentado dentro de la gran comunidad científica (McMullin, 1987). En otras palabras, un número significante de personas deben con el tiempo llevar a cabo activamente investigaciones que tocan la controversia. Sin importar cual sea el contenido del desacuerdo, los científicos involucrados comparten conocimiento fundamental y están de acuerdo de que el tema vale la pena ser tratado y que varios argumentos son legítimos.
Lo que hace los argumentos legítimos es que son basados en datos. No es suficiente para que un científico simplemente diga “No estoy de acuerdo con usted”: en vez de eso, deben conducir la investigación para reunir suficiente evidencia para apoyar sus reclamos. Un argumento debe explicar la mayoría de los datos disponibles – no solo los datos recolectados para apoyar un solo lado. Esto no es necesariamente el caso en controversias públicas como la perforación de pozos petroleros, en donde un grupo o individuos pueden decidir que algunos datos son más importantes que otros datos - el número de aves que murieron o el impacto económico de la perforación o el porcentaje de importación de petróleo. En una controversia científica, todos los datos deben ser explicados o tomados en cuenta.
Aunque muchas veces las controversias son discutidas en situaciones informales (la misma manera en que usted pueda discutir un tema de controversia con sus amigos), el debate verdadero es llevado a cabo en reuniones de investigación y por medio de la publicación de artículos .Es solo mediante este proceso que el debate se convierte en parte de la literatura científica y ayuda a la ciencia a progresar. No existe ningún cuerpo autoritativo en la ciencia que decide cual es la respuesta correcta en una controversia, tampoco requiere un consenso completo entre todos los científicos
La resolución de una controversia viene cuando un argumento es ampliamente aceptado y otros argumentos desaparecen lentamente. Comúnmente, la evidencia a favor de un lado de la controversia se vuelve tan abrumadora que las personas simplemente dejan de argumentar acerca de eso. Usualmente esto sucede cuando múltiples líneas de evidencia provenientes de múltiples métodos de investigación (y quizás de múltiples disciplinas) se convergen.
Las controversias regularmente siguen en curso en todo campo de la ciencia. Por ejemplo, para el 2010, los geofísicos están involucrados en un debate acerca de la existencia de la plumas de manto, las cuales son columnas finas de roca caliente que se elevan del núcleo de la tierra hacia la superficie y causa la actividad volcánica.  El concepto de una pluma de manto como una fuente estática de magma para cadenas de islas como Hawaii fue postulada por primera vez por J. Tuzo Wilson poco tiempo después del desarrollo de la teoría de tectónica de placas y fue ampliamente aceptado a lo largo de los próximos treinta años. Sin embargo, en el 2003, un grupo de científicos dirigido por John Tarduno, un geofísico de la Universidad de Rochester, presento fuerte evidencias de que la pluma de manto, el cual se pensaba ser responsable por la formación de las islas de Hawaii se había movido más de 1,000 km con el tiempo. Este ensayo lanzó una multitud de estudios adicionales que comenzaron a cuestionar la existencia de plumas de manto. El debate en curso se ha calentado en ocasiones, pero también ha causado un gran salto en nuestro entendimiento de los procesos volcánicos asociados con plumas de manto y nuestro conocimiento científico ha avanzado.
El debate acerca de la existencia de plumas de manto es claramente una controversia científica y la mayoría de controversias científicas similarmente tienen poco que ver con controversias personales, éticas o políticas. Al otro lado del espectro, la controversia acerca del uso de células madres cosechadas de embriones humanos en investigaciones biomédicas no es una controversia científica – los científicos están de acuerdo en cuanto lo que son las células madres y cómo funcionan. En lugar de esto, la controversia se basa en que sea ético o no el uso de células madres. Sin embargo, a veces, las líneas entre controversia científica y otro tipo de controversia se vuelven borrosas. Después de todo, los científicos son humanos y lo que empieza como una controversia científica también puede incluir desacuerdos personales. En otros casos, los medios pueden exagerar una controversia científica y convertirla en un debate político. 
PROFESOR: EDUARDO CAÑUETO

viernes, 17 de mayo de 2013

Clase de Filosofía e Historia de la Ciencia y la Tecnología 14/05


TEXTO N° 1 PARA LEER EN CLASE: 

HISTORIOGRAFÍA WHIG

ACTIVIDADES:
1. Lea detenidamente el texto, y subraye las ideas principales
2. A qué se refiere la expresión “el ideal de la asepsia es inalcanzable”
3. Cuál es la crítica de Rupert Hall a Butterfield

La ‘gran tradición’ de la historiografía de la ciencia sentó sus bases sobre la crítica a la gran parte de la  historiografía en general y de la ciencia en particular a la que acusaba de estudiar el pasado en referencia al presente. En palabras de H. Butterfield: “Lo que se discute es la tendencia de muchos historiadores de escribir del lado de Protestantes y Whigs, para alabar las revoluciones que han sido exitosas y enfatizar ciertos principios de progreso en el pasado y producir una historia (story) que es una ratificación cuando no una glorificación del presente. (The Whig interpretation, 1931, Prefacio)”
            Estos historiadores, más preocupados en buscar las semejanzas entre el presente y el pasado que  las diferencias, a juicio de Butterfield, lo que encuentran o ‘imaginan’ es las ‘rutas’ o anticipaciones del siglo XX, olvidando que en realidad se encuentran en un mundo diferente que han de tratar de comprender. La historia ‘whig’ es aquella que ratifica los éxitos, que recoge, ordena y clasifica los éxitos, considerando que los ‘errores’ han sido debidos a la ceguera individual, o a la obstinación o cualquier otro pecado individual en relación con la ciencia. Con el método utilizado la historia resultante es un relato que va circularmente de las asunciones a las conclusiones. 
            Por otro lado, si bien el ideal de una ‘historia completa’ es irrealizable, Butterfield considera que el ideal de reducción y selección ejemplificado por la historiografía de tipo Whig implica la pérdida de lo esencial de los relatos históricos. Estos han de ser muy ricos en matices y con la suficiente extensión y calidad de la escritura como para que permitan captar la textura del periodo. El objetivo de los relatos históricos a juicio de la ‘gran tradición’ es expresado por Butterfield claramente en sus escritos: “La comprensión histórica real no se logra a través de la subordinación del pasado al presente, sino más bien haciendo del pasado nuestro presente y tratando de ver la vida con los ojos de otro siglo diferente al nuestro. (The Whig Interpretation, 1931, 11)”
            El paralelismo de esta afirmación con las de A. Koyré o el propio T. Kuhn, al incidir en que había que ‘captar los sistemas de creencias’ del pasado o ‘había que pensar con una cabeza diferente’ para comprender las propuestas de un autor del pasado, recorre igualmente las de los otros historiadores de la 'gran tradición’. Y este tipo de comprensión se adquiere evitando preguntas del tipo ¿quién es el descubridor de tal o cual logro? Y promocionando las preguntas por los factores que incidieron en tal logro. El trasvase del interés por los individuos al interés por los factores, prácticas, creencias o valores, añadiríamos, es importante, aunque no es menos cierto que la selección es inevitable y que ésta se realiza o refleja los valores y criterios del historiador, inevitablemente influidos por el presente.
            A pesar de los esfuerzos por evitar cualquier tipo de contaminación del pasado debida a nuestros compromisos presentes, esta cuestión es inevitable. Aún más puede defenderse que el saneamiento de la disciplina que produce el ‘antiwhiggismo’ de Butterfield y todos los defensores de la ‘gran tradición’ fue un esfuerzo muy positivo. Pero no es menos cierto que el ideal de la ‘asepsia’ es inalcanzable y, por otro lado, la audiencia a la que se dirigen escritos y conferencias públicas sobre la historia de la ciencia es contemporánea, y este es un hecho a considerar. En definitiva, no se puede ser un historiador puro, antiwhiggish, en el sentido de Butterfield incluso si uno quiere serlo ya que la selección e interpretación del material con que trabaja el historiador es una cuestión inevitable y ello conlleva la presencia de criterios y valores. El propio A. Rupert Hall, en un conocido y clásico artículo sobre la interpretación whig de la historia reconoce que la propuesta metodológica de Butterfield tiene graves problemas de realización práctica, además de proporcionar una imagen un tanto ideal o distorsionada de la labor del historiador. Así advierte que la crítica de Butterfield ante la aplicación de los modelos o patrones de confección filosófica a la historia de la ciencia como un pecado whiggish más es rechazable ya que en cada caso de reconstrucción histórica el rango posible de datos es infinito, y por tanto, la selección debe realizarse, y esta debe hacerse de acuerdo con ciertos principios o patrones.
PROFESOR: EDUARDO CAÑUETO

martes, 7 de mayo de 2013

TRABAJO PRÁCTICO N° 5


ACTIVIDADES EN EL AULA:


1. Lea detenidamente el texto, y subraye las ideas principales
2. Identifique los términos anacronismo, diacronismo, y explique en base a lo visto en clase a que se refieren los mismos
3. A qué refiere Khun cuando menciona “la dificultad de enseñar Historia de la Ciencia a quienes provienen de las Ciencias Naturales”
4. Identifique los enfoques Whig y anti Whig, determine cuáles son las características de cada uno de ellos, y que quiere decir el autor con la expresión “nadie escapa a su tiempo, ni a los anteojos del presente”

En una nota a pie de página de La estructura de las revoluciones científicas, Thomas Kuhn menciona la dificultad de enseñar historia de la ciencia a quienes provienen de las ciencias 
Naturales: puesto que ellos “conocen las respuestas correctas”, es particularmente difícil hacerles analizar la ciencia del pasado en sus propios términos. En un célebre libro de 1951, Herbert Butterfield llamó whig a este enfoque anacrónico de la historia, inaugurando una polémica que aún no ha cesado.
Quienes, en el siglo XIX, redactaron la historia de Inglaterra desde la perspectiva whig, concibieron la “conquista de la libertad” como un proceso acumulativo que se remonta a la Carta Magna de 1215 y adquiere su mayor significación en el siglo XVII, cuando los adherentes al partido whig eran considerados amantes de la libertad, y sus adversarios, los tories, enemigos de ella. La mayoría de las “historias patrias” adoptan este esquema simplista y lo consagran como mito.
Según Butterfield, quien se apropió de ese término de la historia tradicional inglesa, la historiografía whig (lineal, anacrónica) es “la escritura ahistórica de la historia”: se imponen al pasado los patrones del presente. Así, en el marco de una historia de la ciencia de carácter whig, se evalúa la ciencia pretérita con referencia a la actual. Este criterio, fuertemente afín a una concepción de progreso científico acumulativo, característica del positivismo, expulsará de la historia de la ciencia a las teorías que resultaron “erróneas” a la luz de la ciencia posterior, salvo que se las analice para señalar lo retrógrado de quienes las sostuvieron o el mérito de quienes las rechazaron. Desechará, además, los factores que hoy consideramos no científicos o irracionales. Dado que aun científicos de gran talla, consagrados por la historiografía whig, cayeron en tales “errores”, se los ignorará atribuyéndolos a momentáneos deslices del genio. La teoría de las mareas de Galileo o los intereses alquímicos y teológicos de Newton serían ejemplos de tales deslices.
Las historias whig transmitidas a través de textos y enseñanzas profesionales legitiman la actividad científica por invocación al prestigio de figuras e instituciones patriarcales. El carácter mítico, ejemplar, de estas historias se transfiere a la educación general y a la divulgación de la ciencia, y forma parte esencial de la identidad de cada comunidad científica. 
Quienes repudian la historiografía whig proponen un ideal diacrónico. Escapar a la trampa whig presupone comportarse como un viajero del tiempo que, en la medida de lo posible, renuncia a su memoria histórica. Han de estudiarse los acontecimientos del pasado en términos del contexto de creencias, teorías, métodos, etcétera, vigentes en la época considerada. 
Deberá descartarse no sólo el conocimiento adquirido con posterioridad a la misma sino también aquel que no pudo ejercer influencia alguna sobre el agente histórico. Desde esta perspectiva anti-whig, importa más saber por qué Galileo pretendía la fama que saber por qué hoy es famoso.
Para el historiador whig, la ciencia tiene una existencia, al menos en forma latente, en toda época histórica, y en relación con ella pueden estimarse logros y fracasos. Pero esta valoración carece de sentido para la historiografía diacrónica, que prohíbe escribir la historia “hacia atrás”. Esta podrá evaluar logros y fracasos sólo en relación con el contexto de la época en que acontecieron tales episodios.
El enfoque anti-whig ha dado lugar a numerosos estudios de una gran riqueza histórica. Estos trabajos han dotado a la historia de la ciencia de una razonable dosis de objetividad y han evitado el riesgo de convertir a la historia en un simulacro. Sin embargo, también debe reconocerse que un enfoque diacrónico estricto es utópico. Nadie escapa a su tiempo, ni a los “anteojos del presente” que le permiten acceder a una mirada histórica. Cabría preguntarse, además, hasta qué punto el diacronismo estricto, de ser posible, es deseable, ya que implica el riesgo de anticuarismo y de que el conocimiento histórico se vuelva inaccesible salvo para unos pocos especialistas.
En la actualidad, con la profesionalización de la historia de la ciencia, se aspira a brindar diferentes perspectivas acerca del pasado: afirmar la necesidad de adoptar a priori un enfoque único y excluyente para todos los casos se considera manifestación de un cierto dogmatismo. Para el historiador actual las visiones whig y anti-whig no son excluyentes, y el conflicto desaparece una vez determinada la naturaleza del problema histórico en estudio. Como sostiene el especialista danés Helge Kragh, el historiador de la ciencia ha de tener una bifronte cabeza de Jano capaz de respetar las ventajas y reconocer las limitaciones de ambos enfoques.( Guillermo Boido / Olimpia Lombardi)



PROFESOR: EDUARDO CAÑUETO

LAS CONTROVERSIAS CIENTÍFICAS


HISTORIOGRAFÍA CIENTÍFICA: Historiografía es una palabra que surge de la unión de otras dos: historia + grafía, o lo que es igual: historia y escritura. De ahí que este sea el concepto para definir un tipo de operación que debe realizar el historiador en el proceso de construcción de una narración histórica. Para satisfacer los intereses y afinidades de conocimiento de los historiadores, existen múltiples corrientes historiográficas, cada una de ellas con sus particularidades, sus ventajas y sus sesgos, que orientan al profesional en historia y al público lector sobre tendencias y formas de interpretar los acontecimientos pasados.

INTERNALISMO: sostiene que el proceso de producción y validación del conocimiento es independiente de las influencias externas, siendo sus principales puntos de referencia la Historia de las Ideas y la Filosofía de la Ciencia. Cree que la ciencia debe seguir su propia lógica y luchar por liberarse de las interferencias de las fuerzas sociales, políticas y económicas.
EXTERNALISMO: mantiene que la ciencia está condicionada por la estructura organizacional de la producción científica. Por tanto, debe ser considerada en relación con otras ramas del conocimiento y con las estructuras socioeconómicas circundantes. Recientemente, los externalistas se han centrado en las relaciones entre ciencia, gobierno, política científica y la comunicación entre los científicos

ANACRONISMO: Un anacronismo se refiere a algo que no se corresponde o parece no corresponderse con la época a la que se hace referencia. Por ejemplo, si en una obra de teatro que se desarrollara durante la Antigua república romana apareciera un personaje usando una computadora, la computadora sería un anacronismo.
DIACRONISMO: es el estudio de un fenómeno social a lo largo de diversas fases históricas atendiendo a su desarrollo histórico y la sucesión cronológica de los hechos relevantes a lo largo del tiempo
PERSPECTIVA WHIG: solamente considera de la historia los momentos relevantes, dejando de lado a la luz de la historia de la ciencia las teorías “erróneas” a la luz de la ciencia posterior. Por ejemplo un historiador desde esta perspectiva, dejará de lado los fuertes intereses alquímicos que tenía Newton.
Se critica su linealidad y su anacronismo
PERSPECTIVA ANTI-WHIG: Los autores que rechazan la  perspectiva whig proponen, en su lugar, un ideal diacrónico que aborde los acontecimientos del pasado  en  términos  del  contexto  -creencias,  teorías, métodos, etc.-  vigente en la época considerada.
Se critica su diacrónismo
Se sostiene que el enfoque diacrónico es utópico
Se corre el riesgo que el conocimiento histórico sea sólo para especialistas


Esta antinomia historiográfica conduce a una muy diferente valoración de los episodios del pasado. El historiador whig substancializa la ciencia como entidad autónoma y suprahistórica; en relación con ella pueden evaluarse logros y fracasos del pasado. Pero tal valoración carece de sentido para la historiografía antiwhig, que prohíbe interpretar el  pasado a la luz del conocimiento presente y permite evaluar logros y fracasos sólo en relación con el  contexto  de la  época  en  que tales acontecimientos sucedieron. En ambos casos, los relatos históricos resultantes suelen ser radicalmente diferentes.
La polémica whig versus antiwhig nos deja una importante enseñanza: no existe una única manera correcta de escribir la historia. Todo relato histórico implica necesariamente interpretación: la  historia no  es  meramente narrada, sino construida. La epistemología actual también reconoce la imposibilidad de una  objetividad absoluta en la historia.

PROFESOR: EDUARDO CAÑUETO

Clase de Filosofía e Historia de la Ciencia y la Tecnología 07/05


DEFINICIONES PARA LA CARPETA
ü  Noción de paradigma en Khun: Los paradigmas son, macroteorías que se aceptan de forma general por toda la comunidad científica y a partir de las cuales se realiza la investigación. El objetivo de la misma es aclarar los posibles fallos del paradigma (como por ejemplo datos empíricos que no coincidan exactamente con la teoría) o extraer todas sus consecuencias. A este proceso de investigación basado en un paradigma se le denomina "ciencia normal"
ü  La inconmensurabilidad de las ciencias: es la imposibilidad de comparación de dos teorías cuando no hay un lenguaje teórico común. Si dos teorías son inconmensurables entonces no hay manera de compararlas y decir cuál es mejor y correcta. Ninguna teoría resuelve todos los problemas a los que se enfrenta, ni es frecuente que las soluciones alcanzadas sean perfectas. Al contrario, lo incompleto y lo imperfecto del ajuste entre la teoría y los datos existentes, es lo que define muchos de los enigmas que caracterizan a la ciencia normal. Cabe preguntar cuál de dos teorías reales y en competencia, se ajusta mejor a los hechos.
Las razones por las cuales, los paradigmas postulantes, necesariamente fracasan, al entrar en contacto con los puntos de vista de los demás, han sido descriptas como la inconmensurabilidad de la tradición científica normal, anterior y posterior a las revoluciones.
Los nuevos paradigmas nacen de los antiguos e incorporan gran parte del vocabulario y de los aparatos, que previamente se utilizaron. Quienes proponen los paradigmas, practican sus profesiones en mundos diferentes. Al hacerlo, los dos grupos de científicos ven cosas diferentes cuando miran en la misma dirección desde el mismo punto. Cada comunidad lingüística puede producir, resultados completos de su investigación que aunque sean descriptibles en frases comprendidas de la misma manera por los dos grupos, no pueden ser explicados por la otra comunidad en sus propios términos.
ü  Consenso científico: El consenso científico es el juicio colectivo que manifiesta la comunidad científica respecto a una determinada posición u opinión, en un campo particular de la ciencia y en determinado momento de la historia. El consenso científico no es, en sí mismo, un argumento científico, y no forma parte del método científico; sin embargo, el consenso existe por el hecho de que está basado en una materia objeto de estudio que sí presenta argumentos científicos o que sí utiliza el método científico. Según Thomas Kuhn, para una nueva idea científica reconocida, su capacidad de generar consenso es directamente proporcional a su adecuación al paradigma dominante o a su grado de innovación (que puede llegar hasta la ruptura del paradigma, denominado revolución científica).

PROFESOR: EDUARDO CAÑUETO



lunes, 6 de mayo de 2013

SOBRE EL PROGRESO CIENTÍFICO


Con facilidad podrían citarse a varios filósofos de la ciencia argumentando en el sentido que el progreso científico es discontinuo, o sea que se realiza a saltos, y que por tanto no es resultado de una acumulación relativamente continua de conocimientos y de experiencias. Muy por el contrario, la propia historia parece confirmar que el progreso científico es muy dinámico y revolucionario, y durante este proceso constantemente se van introduciendo y adaptando nuevas ideas, mientras que ideas anteriores son abandonadas o son restringidas en cuanto a sus posibles aplicaciones.
El filósofo científico Thomas Samuel Kuhn es precisamente uno de los defensores de este modelo, lo que bien explica en su libro The Structure of Scientific Revolutions, y en donde a través de estudios históricos, muestra con acierto que el progreso científico no es un proceso acumulativo, sino por el contrario, una sucesión de cambios de paradigmas, que él llama revoluciones científicas ya que se tratan de cambios bruscos.
Cuando un nuevo paradigma se instala en una comunidad científica, hay igualmente una fase de progreso en el marco de lo que Thomas Kuhn llama ciencia normal, y dicha fase continúa hasta que fenómenos inexplicables o anomalías se presentan, poniendo en duda el propio paradigma.


PROFESOR: EDUARDO CAÑUETO

REVOLUCIÓN CIENTÍFICA



En cualquier comunidad científica hay individuos que se arriesgan más que la mayoría. Son los que, considerando que existe de hecho una crisis, adoptan lo que T. Kuhn denomina ciencia revolucionaria, intentando dar con alternativas a las presuposiciones aparentemente obvias e incuestionables en las que se basa el paradigma establecido. Lo que suele dar lugar a un marco conceptual que rivaliza con éste. El nuevo paradigma propuesto parecería poseer numerosas anomalías, en parte debido a estar aún incompleto. La mayoría de la comunidad científica se opondrá a cualquier cambio conceptual, y de acuerdo con Kuhn, obrará bien haciéndolo.
Para que una comunidad científica alcance su potencial necesita tanto de individuos arriesgados como de individuos conservadores. Existen numerosos ejemplos en la historia de la ciencia en los que la confianza en el marco conceptual establecido fue posteriormente corroborada. Es casi imposible predecir si las anomalías del nuevo paradigma propuesto podrán ser resueltas. Aquellos científicos que sean excepcionalmente hábiles para reconocer el potencial de una teoría, serán los primeros en preferir el nuevo paradigma. Esta etapa es seguida generalmente por un período en el cual hay quienes adhieren o uno o a otro de los paradigmas. Más adelante, si el paradigma propuesto logra unificarse y solidificarse, acaba por reemplazar al anterior, y decimos que tiene lugar un cambio de paradigma.


PROFESOR: EDUARDO CAÑUETO

LA CONCEPCIÓN MODERNA DE LA CIENCIA




La revolución científica del siglo XVII da origen a la ciencia moderna, transformando la imagen del mundo.  La física adquiere el estatus de modelo de ciencia.

Características de la Ciencia Moderna

Matematización: se concibe al mundo natural como un libro escrito en caracteres matemáticos (Galileo). Lo importante es el estudio cuantitativo.  Todo lo que no puede reducirse a variables cuantitativas se rechaza. El concepto antiguo de la ciencia (Aristóteles) es rechazado, dado que su investigación se basaba en las cualidades de los objetos
Mecanicismo: se estudian fenómenos y no realidades, no se buscan causas sino leyes que agrupen fenómenos
Experimentación: hay un predominio del método inductivo sobre el deductivo, la única manera de acercarse a la realidad es experimentando con ella. Es en el S XVII que se produce la unión entre Ciencia y Técnica



PROFESOR: EDUARDO CAÑUETO